Nuevo post que comienzo a la mañana y terminaré como siempre a la noche, con la felicidad a cuestas por la buena cantidad de visitantes que ha tenido el blog, y por sus nacionalidades diversas, dando un vistazo a las estadísticas, hay una gran cantidad de visitantes españoles (encabezan el ranking) –JODER TÍO! GRACIAS POR PASAROS!, en la tercera posición (segundo es mi querido Urugay upss perdón, Uruguay) aparece Estados Unidos (GO! AMERICA!) y cuartos los amigos rusos (seguramente me deben estar visitando Mostovoi, Onopko y Karpin, un saludo para ellos), después tenemos peruanos, argentinos, alemanes, finlandeses y Costa Ricasenses costarricenses entre otros. Hasta no tener un visitante de Lesotho(?) no paro. Pido disculpas por unos días de ausencia, pero ya estoy de vuelta, recontracaliente con la primer fecha del campeonato y la lesión del Tony.
Pero como a la gloria hay que ganársela, en el presente día, vamos a conocer un nuevo futboloide, pero esta vez va a ser distinto ¿por qué? Porque hoy inauguraremos una nueva figura del universo futboloide: el antihéroe, o sea, aquel tipo que es imposible que nos pueda caer simpático o que por lo menos tiene algunas características que lo hacen ser un futbolista con cierta tendencia a hacerse odiar, y en esa corriente nos encontramos con nuestro amigo Stefan Effenberg, famoso mediocampista alemán de los años 90 y principios de este siglo, cuya capacidad para hacerse odiar es notable, pero también muy querido por los fanáticos del Bayern de Munich, equipo del que este rubio de 1,90 de estatura fue motor y bandera durante mucho tiempo.